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La inteligencia colectiva y entornos formativos 2.0

Vivimos en la sociedad de la información, esto es obvio. Uno de los numerosos cambios que se han producido es el impacto de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs) en nuestras vidas. Éstas afectan al mundo en que vivimos y a la forma en que aprendemos a vivir en él. Nos permiten el acceso a la información, al conocimiento. Se producen cambios en los medios y las formas de acceso a los mismos, y cambios en la forma en que interactuamos y dialogamos. Podríamos concluir que las TICs son, en cierto modo, la causa del cambio y también el medio para acceder al mismo.
 
¿Cómo ha influido todo esto en el rol de profesor en particular  y en el aprendizaje on-line en general?. Los tiempos actuales pedían un cambio de escenario y de la interpretación de los actores; la situación actual más que una época de cambios se acerca más a un cambio de época, dada la velocidad a la que se suceden los acontecimientos.
 
En estas circunstancias, el cambio de funciones en esta metodología formativa afecta no sólo al rol del profesor, también a todas y cada una de las de figuras que acompañan a éste y que modifican todo el escenario formativo.  
 
Se pone en marcha un equipo multidisciplinar que junto con los receptores de la formación dan vida a este proceso. Se trata de que cada uno, desde su campo de acción, ponga a disposición de los demás las competencias que posee, de esta forma enriquecemos el proceso que irá adaptándose, completándose y perfeccionándose a medida que avanza con la participación y colaboración de todos.
 
Se transforma el rol del profesor y el del alumno también, las estrategias, las técnicas de enseñanza y la estructura organizativa asociada, el trabajo de los diseñadores gráficos, programadores, técnicos multimedia y experto en contenidos, todos, adaptan su trabajo a las demandas actuales.
 
Necesitamos que los tutores, profesores y expertos cuenten con las habilidades suficientes para gestionar y dinamizar grupos y comunidades on-line.
 
En este escenario, pierden peso las posiciones privilegiadas (control de la información) establecidas de antemano, porque de algún modo, cualquiera puede acceder a la información, pasando ésta a ser el medio para construir conocimiento, no el fin. Porque compartir información y construir conocimiento con otros es más efectivo que hacerlo individualmente. Esto modifica las relaciones entre los alumnos, y entre estos y el profesor o tutor. La ayuda al estudiante adquiere un significado diferente, los contenidos y la forma de enseñarlos, la planificación, la selección y elaboración de los mismos.
 
 Y por último, adquieren especial relevancia en el ámbito organizacional, las comunidades de expertos, los portales especializados en los que los alumnos o ex - alumnos pasan a ser activos miembros que no sólo se nutren de la experiencia del experto, también forman parte de esa comunidad que les impulsa a seguir formándose y contribuyendo a la formación del resto de los participantes.
 
Hay una serie de elementos básicos con los que tenemos que contar necesariamente si queremos movernos en la línea de la excelencia en formación. Conceptos como dinamismo, flexibilidad, aprendizaje colaborativo, innovación y creatividad, y talento colectivo, esta es la línea de trabajo.  

Si analizamos l
a modalidad formativa elearning, en su faceta tradicional, vemos que carencias como son la sensación de aislamiento del alumnado, la escasez de comunicación y la falta de colaboración entre los participantes se han ido subsanando a medida que se avanzaba en el tiempo, surgían respuestas a estas necesidades a través de los foros, chats, videoconferencias y la función de los tutores-dinamizadores que  cubrían la necesidad humana de compartir experiencias de aprendizaje.
 
Sin ánimo de desbancar esta modalidad formativa, con todas sus herramientas de trabajo que tan buen resultado han dado y que, de alguna forma, han ido abonando el terreno que tenemos hoy, surgen necesidades diferentes de actores actuales que tienen “otra forma de aprender”.
 
Y así vemos como el aprendizaje, pasa de ser un proceso individual a uno colaborativo donde prima la interacción de los participantes y se comparten recursos y conocimiento.
 
Es el momento de apostar por las herramientas colaborativas, los entornos formativos 2.0, la inteligencia colectiva y las redes internas de aprendizaje.
 
La combinación de la formación e-learning con las soluciones que ofrece la Web 2.0 es “el tándem perfecto”  para ofrecer calidad de formación en la red.